5. El futuro de la sociedad está presente en nuestros hijos.

el futuro de la sociedad

¿Las instituciones educativas pueden proteger realmente a nuestros hijos ante una eventualidad?

La educación resulta el eje principal para el desarrollo de la sociedad, y a pesar de los inconvenientes, dificultades y tropiezos que puede presentar, la educación se imparte a nuestros hijos para bien, y si bien es cierto que la educación debe ser integral entre el núcleo familiar y las escuelas, la realidad es que nuestros hijos pasan aproximadamente en promedio el 13% de su tiempo al año dentro de una institución educativa, y si consideramos que pasamos cerca o poco más del 33% de nuestra vida durmiendo esto implica que nuestros jóvenes pasan una gran parte de su vida en las escuelas, la escuela es un pilar fundamental para su formación y desarrollo humano, en ella vivirán gran parte de las experiencias que determinaran su carácter y personalidad, aprenderán a convivir en sociedad, y mientras esto ocurre, como en cualquier otro lugar los accidentes y emergencias se encuentran a la orden del día.

La Seguridad y la Protección Civil es un tema que como bien mencionamos en artículos anteriores muchas veces pasa a segundo planos al emprender nuestros negocios, no así dentro de las escuelas es una de las principales preocupaciones de cualquier director o docente, y vaya que el tener a cargo la responsabilidad de preservar la vida e integridad física y emocional de una considerable cantidad de personas a tu cargo es un peso que no cualquier persona estaría dispuesta a asumir, aún más hablando de menores de edad, pero para los docentes y directivos de las instituciones educativas velar por la seguridad de nuestros hijos es una prioridad que ejercen día con día, y en este ámbito cabe destacar lo siguiente: durante un accidente o emergencia de menor a mayor proporción la buena voluntad no salva vidas. Y espero no se me malinterprete, no dudo que la mayor parte del personal docente recibe capacitación constante en la materia, el problema surge cuando se cumple por obligación, porque instintivamente realizamos el mínimo esfuerzo, y es que las autoridades en cumplimiento de la ley exigen a las instituciones la integración de sus Unidades y Programas Escolares de Protección Civil, capacitación y equipamiento para brindar Primeros Auxilios, servicios de Prevención y Combate de Incendios, Evacuación de Inmuebles, entre otros, pero al final del día, ¿Qué tan preparados nos encontramos para responder durante una emergencia real? Y es que la naturaleza ya nos ha puesto a prueba y nos ha reprobado en materia de prevención y atención a emergencias con los sismos del año pasado, con la explosión del hospital materno-infantil en Cuajimalpa, o el incendio de la guardería ABC, entre otros, y a pesar de estas terribles desgracias solo nos queda continuar adelante, y aprender de los errores, activando nuestros mecanismo de RESILIENCIA. Porque en como bien lo dice la frase: “Después de ahogado el niño, tapado el pozo”, y vaya que sería reconfortante pensar que es tan solo una parábola, pero tristemente muchas veces la realidad supera a la ficción…

Es en este punto donde debemos detenernos a observar y analizar ¿Qué tan preparados estamos para responder a una emergencia? ¿Tenemos la capacidad de responder a todo tipo de emergencia? ¿Las instituciones educativas puede proteger realmente a nuestros hijos de toda eventualidad? La respuesta es NO, ya que sin importar que tan preparados estemos no podemos prever por completo las situaciones de emergencias que se nos presentarán, la amenaza se encuentra presente permanentemente, y controlarlo la mayor parte del tiempo estará fuera de nuestro alcance, pero el riesgo es algo que podemos disminuir en función directamente proporcional de nuestra vulnerabilidad, esto lo logramos capacitándonos constantemente, equipándonos, coordinándonos en simulacros, pero sobre todo evaluándonos, evaluando el aprendizaje adquirido, las destrezas desarrolladas, evaluando nuestra capacidad de respuesta, no se trata de tomar el mismo curso de primeros auxilios y uso de extintores año con año, si no de ir más allá, solo un poco más, por nuestros hijos, si dominamos las habilidades básicas subir el nivel, no se trata de llevar a los muchachos a la explanada para que vuelvan a entrar, se trata de desarrollar simulacros dinámicos que evalúen nuestra capacidad de respuesta en incidentes con múltiples víctimas, prácticas con fuego real, se debe sentir real porque cuando las emergencias se presentan en nuestras vidas lo son, son reales, y causan dolor, sufrimiento, y la perdida de vidas humanas, la perdida de conocidos, amigos y familiares.

“El terremoto infanticida en la escuela Rébsamen” 32 niños y 5 adultos muertos.

Es en este punto donde debemos no solo de estar preparados para responder a la emergencia si no también estar preparados para prevenir los accidentes, disminuir el riesgo de desastre, por que los fenómenos a los que nos encontramos expuestos podrán muchas veces ser naturales pero los desastres y las tragedias son de origen social debido al error humano.

La prevención del riesgo de desastres comienza desde los cimientos, mediante un análisis especializado de riesgos y vulnerabilidades, que nos muestre exactamente a que nos encontramos expuestos, así como el desarrollo e implementación de medidas preventivas y correctivas en nuestras instalaciones que disminuyan nuestra vulnerabilidad como sociedad.

El Programa de Protección Civil no es solo una carpeta más en el archivo, es y debe ser utilizado como el instrumento de operación de la Unidad Interna, esto con el fin de integrar las acciones en materia de prevención, auxilio y recuperación, plasmadas en un plan de acción objetivo y específicamente desarrollado para nuestro inmueble.n

Pero la pregunta aquí radica en… Qué hago si se presenta alguna emergencia?

En caso de sismo conserve la calma y ayude a mantener a los menores en orden, colóquense cerca de las áreas de menor riesgo establecidas de conformidad al análisis de vulnerabilidad sísmica de sus instalaciones; en la medida de los posible corte los suministros de electricidad, agua y gas; espere a que terminé el movimiento sísmico y proceda a dirigir a los jóvenes en orden y calma al punto de reunión; espere replicas y manténgase informado de la magnitud del incidente; antes de volver a las instalaciones verifique visualmente el estado de las mismas de conformidad con la capacitación recibida, en caso de existir duda evite el reingreso a las instalaciones y solicite el apoyo técnico de la autoridad local.

En caso de incendio conserve la calma y ayude a mantener a los menores en orden, dirija la evacuación de los jóvenes a través de las rutas de evacuación preestablecidas para tal fin y considere el uso de rutas alternas, en el punto de reunión active el servicio de respuesta a emergencias a la marcación 9-1-1, y en lo posible establezca un puesto de mando, la brigada de combate de incendios previamente organizada deberá hacer frente al incidente acorde a su capacidad de respuesta dado por el equipamiento y capacitación recibido, al terminar la emergencia espere la autorización de las autoridades para volver a las instalaciones.

En caso de conflicto armado al exterior de las instalaciones ordene inmediatamente a los jóvenes recostarse en el suelo cara abajo cubriendo sus cabezas con las manos y protegiendo su cuerpo en lo posible con estructuras y muebles; conserve la calma y ayude a mantener a los jóvenes en orden; evite que realicen contacto verbal o visual con los perpetradores así como la grabación del suceso; cierre el acceso a las instalaciones, espere a que termine el suceso y prepárese para proporcionar primeros auxilios; cuando las autoridades hayan controlado la situación siga las indicaciones y proceda a evaluar la integridad física de los menores.

Siempre buscando protegernos y proteger a los que nos rodean.

Te interesaría descargar los planes de emergencia específicos para escuelas o participar en alguno de nuestro cursos?

Contáctanos:

info@conem.com.mx

#Seguridad #escuelas

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