¿Qué pensaría si le dijese que México es el país más corrupto del mundo? ¿Exageración o realidad?
#Por una cultura de legalidad
La corrupción cuesta a México, al menos 100,000 millones de dólares anualmente. Sin embargo, muchos pueden llegar a considerarlo un mal necesario para que la economía del país funcione, y por ello, no se le combate.
La Corrupción en México ha sido tradicionalmente señalada por muchos analistas como uno de los principales problemas políticos del país. Además, las encuestas a principios del siglo XXI señalan que el grado de corrupción existente ha afectado negativamente a la legitimidad política, transparencia de la administración y eficiencia económica en cuanto a rendición de cuentas del país hacia el interior y exterior de sí mismo.
La gran mayoría de las prácticas corruptas han ido desarrollándose y sentando sus bases a lo largo de varios siglos de historia, han sido dejadas como herencia de la gran élite política para la consolidación de una oligarquía mediante un gobierno autoritario y represor.
En materia de Seguridad Ocupacional y Protección Civil la corrupción genera mayores que daños que tan solo las perdidas económicas, la corrupción esta matando a la población. Todo comienza generalmente en los cambios de gestión administrativa, donde los perfiles de puesto salen sobrando y termina seleccionándose a los directivos con base en el amiguismo o la deuda política de campaña; en este sentido llegan al cargo personas con insuficiente o nula capacitación en la materia. Los alcaldes desconocen muchas de las veces las funciones de cada una de las direcciones, cuan más las de relativa reciente creación como Protección Civil, asignando presupuestos que rara vez llegan intactos a su destino. Inclusive los directivos mejor preparados se encuentran maniatados pues no cuentan con el equipamiento y personal con el perfil necesario para realizar adecuadamente sus funciones. En tanto comienzan a acercarse los Consultores y Asesores Externos, en busca de la oportunidad de realizar convenios con las autoridades, algunas veces esperando se pase por alto la calidad en su trabajo, esto si es que llegan a realizarlo. Es así como comienzan a aparecer carpetas con constancias de capacitaciones que jamás se impartieron, programas de mantenimiento que las empresas desconocen su existencia, e inclusive planos de un inmueble completamente distinto al suyo. En algún momento me he llegado a topar con Brigadistas de Primeros Auxilios que llevan más de 10 años en la brigada y que no conocen las maniobras más básicas. En otras llegan a ocurrir grandes incidentes como la explosión en el hospital materno infantil en Cuajimalpa, donde el personal de la gasera no conocía los protocolos para la atención de emergencias con Gas L.P.; el paso de “Ingrid” y “Manuel” con afectación a hogares asentados en zonas de riesgo; o el Incendio de la Guardería ABC.
Y es que el desconocimiento de la Ley no nos exime de cumplirla, y por ello resulta tan importante la formación profesional, y gestión del auto-aprendizaje de por vida.
En este sentido también es de reconocer la labor de los funcionarios públicos, consultores, y personal operativo (bomberos, paramédicos y rescatistas), que dicen NO a todo acto de corrupción, con conocimiento de las consecuencias que ello conlleva, y que se contrapone a su objetivo, salvaguardar la vida e integridad de las familias mexicanas.
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